Antes de realizar cualquier ejercicio físico el cuerpo necesita estar preparado para soportar dicha actividad y para ello debemos hacer un buen calentamiento o entrada en calor. El objetivo del calentamiento es aumentar la temperatura interna del cuerpo, mediante una actividad progresiva que favorezca el movimiento y la correcta irrigación de los tejidos y músculos que estarán comprometidos en la actividad, sea ejercicio o deporte, que uno tiene pensado desarrollar.
En forma general podemos efectuar dos tipos de calentamientos: Un calentamiento general, el cual contempla ejercicios globales que integran grandes grupos musculares (más de un tercio de la musculatura total), ejemplo de estas actividades encontramos la caminata, bicicleta, trote suave, movilidad articular, desplazamientos laterales, etc. Además de esto es necesario incluir ejercicios de elongación de la musculatura, mantiendo dichas posiciones durante un tiempo aproximado de 15 a 30 segundos y por otro lado tenemos el calentamiento específico: El cual se enfoca en la preparación de núcleos articulares y músculos específicos que se encontrarán solicitados en el trabajo posterior, al cual debe incluirse un trabajo de elongación de la musculatura implicada. Este último tipo de calentatiento es utilizado cuando los ejercicios o deporte realizado inciden repetitivamente en una zona específica del cuerpo.
Lo ideal es que todo calentamiento tenga una combinación de ambos tipos, ya que es necesario ver a nuestro cuerpo como un todo a la hora iniciar cualquier movimiento deportivo. Manteniendo el hábito regular de realizar previo al ejercicio un periodo de calentamiento, idealmente de 20 a 30 min, nuestro cuerpo responderá mejor frente a los estímulos y prevendremos en gran medida la aparición de lesiones en los tejidos musculares y articulares.
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